jueves, 28 de septiembre de 2017

ENTRE EL MINISTERIO DEL CLERO Y EL SACERDOCIO UNIVERSAL DE LOS CREYENTES

La iglesia nació con un fuerte sentido de comunidad. El papel de los ministros del evangelio era el de entrenar a los santos para que la obra del ministerio. Las iglesias crecían y se fortalecían en la medida que cada miembro ejercía su papel particular y contribuía a la edificación del cuerpo. Todo esto cambió cuando la iglesia se volvió hacia el sacerdocio del Antiguo Testamento y restableció la separación entre el clero y los laicos. Los ministros cristianos se convirtieron en los nuevos ungidos que se ocuparon de los asuntos sagrados en tanto que el pueblo común se volvió consumidor pasivo de servicios religiosos.

El panorama cambió en diferentes momentos de la historia con los Valdenses, la Reforma, los Anabautistas, los Puritanos, los Moravos y los Metodistas. La historia de la iglesia fue un movimiento pendular entre la pasividad de los creyentes y su puesta en acción de la obra del ministerio. Siempre se trató del monopolio de unos pocos profesionales encargados de la obra del ministerio o de la participación masiva de los creyentes compartiendo las buenas nuevas.

A partir del pastor David Cho, se considera que dio inicio el movimiento celular moderno: el regreso de las masas cristianas al ejercicio del ministerio a través de las reuniones en las casas. Desde entonces, el movimiento se ha extendido por todo el planeta y ha alcanzado su mayor desarrollo bíblico y teológico. Esta vez no se trata de un fenómeno local y temporal sino de un movimiento mundial y que lleva, al presente, más de medio siglo. En lugar de mostrar signos de decaimiento, se muestra cada vez más fuerte en sus fundamentos y en su expansión. El trabajo celular es el regreso de la iglesia al modelo del Nuevo Testamento, es decir, a la manera cómo Jesús la creó. De nuevo, es la hora en que todos los creyentes toman parte activa en el anuncio del evangelio y en la edificación mutua. De eso se tratan las células.


TRADUCCIÓN AL INGLÉS

Between the clergy ministry and the universal priesthood of all believers.
The church was born with a strong sense of community. The role of the ministers of the gospel was to train the saints for the work of the ministry. The churches grew and strengthened as each member exercised its particular role and contributed to the edification of the body. All this changed as the church turned to the Old Testament priesthood and restored the separation between the clergy and the laity. Christian ministers became the new anointed ones who dealt with the sacred matters while the common people became passive consumers of religious services.

The scenario changed at different times in history with the Waldenses, the Reformation, the Anabaptists, the Puritans, the Moravians and the Methodists. The history of the church was a pendulous movement between the passivity of the believers and their putting into action of the work of the ministry. It was always about the monopoly of a few professionals in charge of the work of the ministry or of the massive participation of believers sharing the good news.

Some consider that the modern cell movement started with Pastor David Cho: the return of the Christian masses to the exercise of the ministry through meetings in the houses. Since then, the movement has spread all over the planet and has reached its greatest biblical and theological development. This time it is not about a local and temporary phenomenon, but a world movement, which has been around more than half a century now. Instead of showing signs of decay, it looks every day stronger in its foundations and expansion. The cell work is the return of the church to the New Testament model, that is, to the way Jesus created it. Again, it is the time when all believers take an active part in the proclamation of the gospel and in the mutual edification. That's what cells are all about.


TRADUCCIÓN AL PORTUGUÉS

O movimento celular: Um retorno ao sacerdócio de todos os crentes
A igreja nasceu com um forte senso de comunidade. Mesmo naquelas primeiras igrejas domésticas, o papel do ministro era treinar os santos para a obra do ministério. As igrejas cresceram e se fortaleceram à medida que cada membro exercia seu papel particular e contribuía para a edificação do Corpo. Tudo isso mudou quando a Igreja voltou para o sacerdócio do Antigo Testamento e restaurou a separação entre o clero e os leigos. Os ministros cristãos se tornaram os novos ungidos que lidavam com os assuntos sagrados, enquanto as pessoas comuns se tornavam consumidores passivos de serviços religiosos.
O cenário mudou em tempos diferentes da história com os Valdenses, a Reforma, os Anabatistas, os Puritanos, os Moravianos e os Metodistas. A história da Igreja era um movimento que pendia entre a passividade dos crentes e sua colocação em ação no trabalho do ministério. O pêndulo balançou entre o monopólio de alguns profissionais encarregados da obra do ministério ou da participação maciça de crentes compartilhando as boas novas.
Muitos consideram que o movimento celular moderno começou com o pastor David Cho: o retorno das massas cristãs ao exercício do ministério através de reuniões nas casas. Desde então, o movimento se espalhou por todo o planeta e atingiu seu maior desenvolvimento bíblico e teológico. Desta vez, não se trata de um fenômeno local e temporário, mas de um movimento mundial, que já passou por mais de meio século. Em vez de mostrar sinais de decadência, parece mais forte a cada dia, tanto em seus fundamentos quanto em sua expansão. O trabalho celular é o retorno da Igreja ao modelo do Novo Testamento, isto é, a forma como Jesus a criou. Mais uma vez, agora é hora de todos os crentes participarem ativamente da proclamação do evangelho e da edificação mútua. É disso que se tratam as células. 

jueves, 7 de septiembre de 2017

LA GRAN RED DE MAESTROS CELULARES

La idea del trabajo con grupos pequeños llegó a Elim por medio de los libros del pastor Cho. En el año de 1982 comenzaron a ser traducidos al español libros como “La Cuarta Dimensión”, “Los Grupos Familiares y el Crecimiento de la Iglesia” y “Mucho más que Números”. A través de esos grupos nos enteramos de la iglesia del pastor Cho y del trabajo celular. Pero, como se sabe, los libros de Cho producen mucha inspiración, pero no proporcionan mayor información sobre principios o métodos de trabajo. Posteriormente el pastor fundador de Elim viajó a Corea para visitar la iglesia de Cho. Pero, él solo hablaba unas pocas palabras en inglés y nada de coreano. De manera que, más que información, lo que fue a recoger fue más inspiración.

El trabajo lo iniciamos con poco conocimiento, pero mucho entusiasmo. Creo que fue la pasión de las personas lo que hizo que Elim pudiera convertirse en una mega iglesia en corto tiempo. En 1997 volví a la iglesia madre de San Salvador para asumir como nuevo pastor general. Por ese tiempo, oí hablar de Joel Comiskey. No recuerdo de parte de quién. Casi no sabía nada de él, solamente que era alguien que escribía sobre células y que había estado en El Salvador realizando algunas entrevistas. Luego, recibí una invitación de la Iglesia La República de Quito, Ecuador, donde Joel era misionero para compartir nuestra experiencia celular en una conferencia. Fui hasta Quito y allí conocí a Joel Comiskey quien también enseñó algunos temas de lo que él llamaba su “curso básico”. Su enseñanza me dejó sorprendido tanto como sus presentaciones de Power Point, que en ese tiempo eran toda una novedad.

Allí fue donde, por primera vez, escuché una definición de célula. Y así comenzó la amistad con Joel hasta el presente. Fue a través de él que conocí los principios, las bases bíblicas y la historia del movimiento celular. Posteriormente él me conectó con Ralph Neighbour y él con Bill Beckham. Con la publicación de Joel de la historia de Elim se conectó Roberto Lay de Brasil y, luego, Ben Wong de China. Posteriormente conocí a Steve Cordle, Rob Campbell, Jeff Tunnel, Jim Egli, Dennis Watson y la lista continuó extendiéndose por Norte, Centro y Sur América, África y Asia. Desde la moderna Seúl hasta la remota Solo, en Indonesia. Desde las Islas Canarias hasta la lejana Tula, en Rusia. Ha sido un camino hermoso de aprender los unos de los otros. Eso me ha permitido acumular conceptos muy claros sobre los valores, principios y modelos del trabajo celular. Una relación muy valiosa que sigue enriqueciéndose día a día.


TRADUCCIÓN AL INGLÉS

The great network of cell masters. 
The idea of ​​working with small groups came to Elim through Pastor Cho’s books. In 1982, books such as “The Fourth Dimension”, “Family Groups and Church Growth” and “Much more than Numbers” began to be translated into Spanish. We learned about Pastor Cho's church and cell work through these groups. But, as it is well known, Cho's books are very inspiring, but do not provide much information about principles or work methods. Later the founding pastor of Elim traveled to Korea to visit Cho's church. But, he only spoke a few words in English and no Korean. So more than information, what he collected was more inspiration.

We started the work with little knowledge, but a lot of enthusiasm. I think it was the people’s passion that made Elim a mega-church in a short time. In 1997 I returned to the mother church in San Salvador to take over as the new Senior Pastor. Around that time, I heard about Joel Comiskey. I do not remember from whom. I hardly knew anything about him, only that he was someone who wrote about cells and that had been in El Salvador doing some interviews. Then I received an invitation to share our cell experience at a conference from the Iglesia La República of Quito, in Ecuador, where Joel was a missionary. I went to Quito and there I met Joel Comiskey who also taught some subjects of what he called his “basic course”. His teaching surprised me as much as his Power Point presentations, which at that time were a novelty.

That was where, for the first time, I heard a definition of a cell. And so began the friendship with Joel to the present. It was through him that I learned about the principles, the biblical foundations and the history of the cell movement. Later he connected me with Ralph Neighbor and him with Bill Beckham. With Joel’s publication of the history of Elim Robert Lay of Brazil was connected and then Ben Wong of China. Later on I met Steve Cordle, Rob Campbell, Jeff Tunnel, Jim Egli, Dennis Watson and the list continued to spread through North, Central and South America, Africa and Asia; from the modern Seoul to the remote Solo, in Indonesia; from the Canary Islands to the remote Tula, in Russia. It has been a beautiful path learning from each other. That has allowed me to accumulate very clear concepts about the values, principles and cell work models. It has been a very valuable relationship that continues to be enriched day by day.


TRADUCCIÓN AL PORTUGUÉS

Enriquecimento a partir da rede celular mundial.
A ideia de trabalhar com pequenos grupos veio a Elim através dos livros do Pastor Cho. Em 1982, livros como “A Quarta Dimensão”, “Grupos Familiares e Crescimento da Igreja” e “Muito mais do que Números” começaram a ser traduzidos para o espanhol. Aprendemos sobre a igreja e o ministério celular do Pastor Cho através desses livros. Embora os livros de Cho sejam muito inspiradores, eles não fornecem muita informação sobre como implementar o ministério celular. Então, o pastor fundador de Elim viajou para a Coreia para visitar a igreja de Cho. Mas ele falava apenas algumas palavras em inglês e nenhum coreano. Então, mais uma vez, ele recebeu mais inspiração do que dicas práticas sobre como implementar o ministério celular.
Começamos o trabalho com pouco conhecimento, mas muito entusiasmo. Eu acho que foi a paixão do povo que fez de Elim uma mega igreja em pouco tempo. Em 1997 voltei à igreja-mãe de San Salvador para assumir o cargo de novo Pastor Sênior. Naquele tempo, eu ouvi sobre Joel Comiskey. Não me lembro através de quem. Eu quase não sabia nada sobre ele, só que ele era alguém que escreveu sobre células e que estava em El Salvador para fazer algumas entrevistas. Então recebi um convite para compartilhar nossa experiência celular em uma conferência da Iglesia La República de Quito, no Equador, onde Joel era missionário. Fui a Quito e lá conheci Joel Comiskey, que também ensinou alguns assuntos sobre o que ele chamou de “curso básico”. Seu ensino me surpreendeu tanto quanto as apresentações do Power Point, que na época eram uma novidade.
Foi aí que, pela primeira vez, ouvi uma definição de uma célula. E assim começou a amizade com Joel até o presente. Foi por meio dele que eu aprendi sobre os princípios, os fundamentos bíblicos e a história do movimento celular. Mais tarde ele me conectou com Ralph Neighbor e Bill Beckham. Com a publicação de Joel da história de Elim, fiquei conectado com Robert Lay, que traduziu o livro Elim para o português. E através de Robert Lay, conheci Ben Wong da China. Mais tarde, conheci Steve Cordle, Rob Campbell, Jeff Tunnel, Jim Egli, Dennis Watson e a lista continuou a espalhar-se através da América do Norte, Central e do Sul, África e Ásia. As redes da igreja celular continuaram a se espalhar do Seul moderno para o remoto Solo, na Indonésia; Das Ilhas Canárias ao remoto Tula, na Rússia. Foi uma bela jornada de aprendizagem uns dos outros. Isso me permitiu acumular conceitos muito claros sobre os valores, princípios e modelos de células. Foi um relacionamento muito valioso que continua a ser enriquecido dia a dia.